Por Federico Morello, Socio Líder Consultoría y Asesoría Empresarial de PwC Chile
Vivimos tiempos inciertos y un futuro difícil de visualizar. Sin embargo, aun cuando no hemos regresado a las rutinas acostumbradas, podemos imaginar nuevos paradigmas que tendrán efecto en las empresas. Así como las organizaciones se sostienen sobre una triada compuesta por personas, proceso y tecnología, de la misma manera hoy podemos resumir los impactos de la pandemia en estos tres conceptos.
En cuanto a las personas, la nueva fuerza de trabajo requerirá de equipos hídricos, que integren la potencia de los equipos presenciales con la flexibilidad de lo remoto. Surgirá entonces la oportunidad para revisar las estructuras, su productividad y demanda con una mirada crítica, enfocada en optimizar los equipos y sin confundir lo mínimo con lo óptimo.
Y en ese contexto, es paradójico, pero mientras se nos exige distanciamiento social, al mismo tiempo se nos hace imperativo contar con líderes emocionalmente cercanos, empáticos y auténticos; capaces de inspirar, situando a la persona como prioridad. El propósito de las organizaciones, su razón de ser y su contribución a la sociedad jugarán un rol clave en la conexión de las personas con los objetivos corporativos y dará estabilidad a las organizaciones.
«En las diferentes áreas de análisis existe la oportunidad de construir un futuro más sostenible y resiliente, en el que todos tengan opción de avanzar»
Con relación a los procesos, habrá cambios relevantes en muchos de los eslabones que componen la cadena de valor. Este escenario, por ejemplo, animará a desafiar la gestión actual de la cadena de suministro, debiendo ser ágiles en la búsqueda de alternativas para que ningún eslabón de la cadena se convierta en cuello de botella.
De la misma manera, se abrirá un nuevo mundo para los procesos comerciales y el comercio online, acelerando la integración omnicanal de extremo a extremo, y garantizando una experiencia de cliente sin interrupciones. En cuanto al eslabón financiero, todas las empresas buscarán generar caja, disminuir gastos y acceder a nuevas fuentes de financiamiento.
Y respecto a la tecnología, muchas organizaciones confirmaron durante esta crisis que sus procesos críticos son altamente manuales y evidenciaron la urgencia por digitalizarlos y asegurar, de esa manera, la continuidad operacional del negocio. Tecnologías tales con Inteligencia Artificial, Internet de las cosas, Blockchain, Realidad Virtual y Aumentada y Robotización, harán a las organizaciones más resilientes ante futuros eventos. En esta línea, la sabiduría tecnológica de los profesionales será mucho más valorada que antes de la pandemia.
En las diferentes áreas de análisis -y por supuesto, en los diversos espacios de nuestra sociedad- existe la oportunidad de construir un futuro más sostenible y resiliente, en el que todos tengan opción de avanzar. Sin duda, lo fundamental para hacer efectiva esta oportunidad será reconocer los desafíos que estamos enfrentando, internalizar las lecciones de la pandemia y desplegar las herramientas y tecnologías disponibles en pro del objetivo.