Por Macarena Navarrete, Socia Principal EY Chile
El 2019 no fue para nuestro país un año cualquiera. En octubre tuvimos un inesperado e inquietante estallido que se arrastró hasta este año y que fue interrumpido —drásticamente— por la pandemia que ha asolado al planeta entero, diezmando fuertemente a la población mundial.
Esta crisis ha causado daño y dolor, manteniéndonos en una gran incertidumbre. Sabemos que la pandemia va a pasar, pero no podemos medir todavía sus efectos en la salud y economía de los chilenos y, para qué decir, del mundo. Solo sabemos que tendrá consecuencias profundas y prolongadas.
En este contexto de conmoción global y de incerteza generalizada, destacamos esta semana junto a “El Mercurio” al emprendedor (Juan Manuel Casanueva), empresario (José Luis del Río), ejecutiva (Pilar Dañobeitía) y empresa destacada en Diversidad e Inclusión (BASF) de 2019.
Alguien podría legítimamente preguntarse si tiene sentido efectuar este tipo de eventos en estos tiempos. En EY nos parece que —precisamente en estos momentos— no solo es importante, sino imprescindible e impostergable reconocer el valioso aporte del sector privado al país, del cual nuestros premiados son reflejo. Precisamente hoy es cuando más requerimos su capacidad de innovar desarrollando nuevos negocios o reinventándolos de un modo novedoso. Necesitamos su capacidad de ver oportunidades donde otros solo ven riesgos. Necesitamos su toma de decisiones estratégicas asumiendo riesgos calculados.
«El emprendimiento empresarial causa un bienestar directo en las personas, en el desarrollo material y espiritual de millones de familias, siendo un empuje creador que nos impulsa a adaptarnos y seguir, con resiliencia, con fuerza»
Tanto EY como “El Mercurio” apostamos por destacar el valor de emprender, de arriesgarse, de seguir adelante con fuerza, más aún en este contexto. El emprendimiento empresarial causa un bienestar directo en las personas, en el desarrollo material y espiritual de millones de familias, siendo un empuje creador que nos impulsa a adaptarnos y seguir, con resiliencia, con fuerza.
Desde el emprendimiento más incipiente hasta una multinacional, todos estamos remando por el bienestar de miles de familias, y donde el contexto exige una colaboración público-privada. Solo el trabajo en equipo, con empatía con el dolor ajeno, permitirá salir juntos y fortalecidos de esta crisis. Las señales que hemos visto en esa línea son esperanzadoras.
El entorno de los negocios, como la vida en general, es siempre cambiante y hay que saber adaptarse, pero ciertamente hoy estamos en un contexto de excepcionalidad radical, que trastorna hasta aquello que nos parecía invariable, obligándonos a cuestionarnos todo lo que parecía indiscutible. La inmensa mayoría está luchando por adaptarse, sobrevivir y prosperar. Y es aquí donde nuestros premiados nos pueden inspirar, ya que tienen mucho que decir y enseñar.
«Desde el emprendimiento más incipiente hasta una multinacional, todos estamos remando por el bienestar de miles de familias, y donde el contexto exige una colaboración público-privada»
Es casi seguro —porque así ha sucedido siempre— que algunas de las fórmulas que resulten exitosas serán imitadas por otros y hasta serán consideradas a la hora de diseñar políticas públicas de alto impacto. Nuestros premiados son ejemplo de ello y sabemos que sus historias causarán mucho bien porque el conocimiento también es contagioso y se propaga.
Por ello, animo a mirarnos sin recelos, sino más bien, a mirarnos para ayudar a Chile. Es momento de sumar la experiencia de la sociedad civil, del mundo privado, de las políticas públicas, del rol esencial de una buena política. Es tiempo de ver que historias y empresas construidas con tantos años han sido esenciales en el desarrollo de un país que nos enorgullece y al cual queremos siempre mejor. Y mejor para todos.
Aprovechemos de poner cimientos sólidos y rearmar aquellos que se hayan caído para tomar decisiones mirando el futuro y su impacto. La forma en que hagamos empresa hoy marcará parte relevante del mundo que tendremos mañana. No perdamos la oportunidad de hacerlo juntos y contando —y haciendo que cuente— el valor de construir un mejor mundo de negocios.