Por Juan Carlos Barturén, Vicepresidente de Recursos Humanos de Equifax para Latam.
Pese a que muchas empresas, a causa de la dispersión geográfica de sus operaciones, estaban acostumbradas a las interacciones remotas, la actual situación de cuarentena y distanciamiento social las ha obligado a cambiar radicalmente sus paradigmas.
Se trata de un cambio profundo, que exige respuestas radicales, ya que aparecieron desafíos que posiblemente muchos desconocían. Porque para tener éxito en este nuevo escenario se deben adaptar rutinas y metodologías, pero, sobre todo, modificar los estilos de los liderazgos.
«La motivación es clave y eso se logra incrementando la comunicación interna, pero una comunicación que involucre y no solo informe»
Hoy necesitamos líderes que, aunque lejos, sigan siendo cercanos. Esto, no solo para mantener el rumbo de las compañías, sino que para apoyar a sus equipos, los que pueden estar experimentando altos niveles de estrés, aprehensiones de salud o incertidumbre económica. ¡Cómo podrían pasarlo por alto, si ellos mismos están expuestos a la misma realidad!
Por eso, la motivación es clave y eso se logra incrementando la comunicación interna, pero una comunicación que involucre y no solo informe. Por simple que parezca, iniciativas como concursos internos, reuniones ampliadas para resolver dudas e, incluso, after office virtuales, permiten mantener la cercanía y la adhesión.
Esto, sin olvidar la necesidad de promover las pausas y ser comprensivos cuando haya que atender labores de la casa y apoyar a los hijos, ya que sabemos lo difusa que se va poniendo la línea que divide la vida personal de la laboral cuando trabajamos desde casa.
Es claro que el mundo del trabajo no volverá a ser como era antes de la pandemia. Veremos que las empresas, además de adaptarse a nuevos procesos tecnológicos, tendrán que adecuar su mentalidad, a través de líderes en constante aprendizaje, pero sin dudas, con mucho que aportar.